"Tener tus ojos debe ser ilegal y más si cuando miras solo inspiras a pecar"

jueves, 18 de febrero de 2010

*Tiemblas*

Amigo, llevas en tus manos el olor
-Atrincherado-
de una piel ajena
y de otras tantas
… y sueñas.

De a rato, cuentas los besos en deuda,
que nadie ofreció y quizás
sólo quizás
nunca tendrás…

Tintineo de aretes que caen,
se deslizan sus tacones
por el borde
-Del sofá-

Respiras el aliento de un talvez,
de un pequeño desliz
y devuelves tus pasos.
Te ata la cordura.

Lenguas retorcidas y manos que hurgan
… La soledad

Hombre de nadie,
temes romper los límites
y tanto esperas
… El después de…

¿Qué hay después… de?

Bautizas sus pecas
-De una en una-
en un ingenuo intento de hacerlas tuyas…
De a ratos.

Amigo,
Es tu suerte la mujer ajena
-La que construyes, la que deseas-
Te persigue como ángel endemoniado
… Lo disfrutas

Y rozan sus mejillas - Se respiran -
Se consumen, se aprenden las facciones
del imposible.

Es tu vicio, tu realidad,
mientras esperas la historia,
donde el tercero no exista,
donde sólo sean dos, amándose.

Amigo,
… De a ratos te avergüenzas
cuando te dejas caer.
Como el alcohólico que sorbe la angustia
de probar el trago
que nadie ofreció.

Y tu,
esperas que yo
deje de fumar
mientras me cuentas...
-Descarado-

Hombre de nadie, a veces temes,
y te confiesas con solo mirarme,
sin verme.

-Lo volviste hacer-

No pides ayuda, ni gritas clemencia
pero sufres, soledad.

Manos entrelazadas sobre su cabeza,
te ofrece su cuello y susurra...
¡Bésame! hoy no existen las reglas.
Y mientras
-Tiemblas-
De ganas, de sueños absurdos
y exquisiteces.

Muerdes de a poco,
el veneno de tu suerte,
es tu lengua el filo de la cordura,
si al menos supieras ¿cómo besa?

La observas complacerse, tocarse, sentirse, solo para ti.
Pero es ajena y me cuentas,
tu historia en tragedia
Que ahora… Me pertenece.

Y tiemblo.
Hombre de nadie,
¿Cómo puedes sentir el ardor
de un fuego que se enciende a miles de kilómetros
… de ti?

Se vive – Se sufre
El deseo.

Y aunque jamás han estado a solas,
te sabes su cuerpo de memoria
-Incluso yo-

Tiemblas, te ofrezco un trago.
Y tú,
esperas que yo,
deje de fumar.

-Descarado-


María Teresa Otero

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