"Tener tus ojos debe ser ilegal y más si cuando miras solo inspiras a pecar"

jueves, 25 de febrero de 2010

*Róbame*

Róbame, 
uno a uno los poros de la piel sonrojada, 
llévate con ellos los latidos de un corazón 
-hambriento-


Sacia tu sed con lágrimas dulces e incrédulas,
conviérteme en mujer de caminos,
arráncame del pedestal… 
¡Quiero ser tu plebeya!.




Transfórmate en ladrón exclusivo, 
asáltame por sorpresa, 
golpea las estructuras, 
arrebátame los miedos, 
posee con fuerza la rebeldía peregrina.


¡Ven!
Fuma la piel en pequeña bocanadas,
secuestra mis silencios,
átame al borde de la cama,
cambia los pañuelos de seda 
... Por esposas forjadas.
¡Ven! 
Convierte tus pestañas 
-En látigos- 
mientras saboreas el olor de un cuerpo 
... En llamas. 


Despójame, 
de suspiros, gemidos,
palabras incoherentes. 
Desvalíjame, 
sin piedad ni contemplación, 
olvida las reglas, 
marcha obstinado, 
no temas. 


Derrite el hielo, 
esculpe mi espalda, 
derrótame,
 líbrame, 
derriba mis piernas 
-Como torres gemelas- 

Húrtame. 
Resiste el pataleo, 
los empujones, 
la fuerza que se agota
-Mordidas transitorias- 
Uñas lacerando, 
caderas convulsionando, 
no mires mis ojos, 
no desfallezcas… 
¡Se fuerte! 


Y cuando me sienta vencida
me escucharás suplicar,
rostro transformado,
voz suave, dulce e indefensa 
... Pedirá piedad. 


¡No escuches! 
Estaré mintiendo.  


¡Ven! 
Agótame, 
apriétame,
abrázame, 
ahógame….
¡Líbrame! 
Enséñame a perder…
...  Y a ganar… La gloria. 


Sustráeme. 
Las plegarias, 
las estrategias,
 el llanto sofocado, 
la risa incontrolada, 
el orgullo desmedido, 
sé más hombre que yo… 
Desenmascárame y descúbreme
 _____________________Mujer. 


Róbame, despójame, húrtame, líbrame, sustráeme y guarda el secreto. 
(hasta de mi misma)
***

lunes, 22 de febrero de 2010

De propuestas...

Quizás,
en medio de la calle,
trastabilles un día
y tiembles…
Con alguna propuesta.

Te propongo titubear de a poco,
y que ágilmente me arranques el botón,
de las ganas…

- Calla, quiero más -
Ronroneo de fiera
Que espera…
Y busca…
Temblar.

Sigilosamente deslizas la ropa
… Y las manos

Danzan los jadeos del tiempo,
son ninfas seduciendo al Dios
de tu cuerpo
Todas, soy yo y yo soy tantas…
Tantas tuyas,
-Vibrando-

Quizás,
En medio de la vía,
trastabilles un día,
ante el sedoso pecado.

Te propongo, titubear de a poco,
ante el disfraz de la reina,
ante el disfraz de la esclava,
ante el disfraz de la niña,
que ata y desata.
Tus instintos.

y bailo,
sobre el sillón del salón,
busca tus monedas
y págame ...
Sin prisa - con afán
... De comprarte la gloria.

¡Ven!
Átame con el cinturón de tu cuerpo
y aférrate al arco de mi espalda,
que surge y se engrandece ante el quiebre
de la falsa resistencia.
Juguemos al placer,
y peca.

Y entre pecados y pecas
Maceremos el tinto
-sedoso-
De boca en boca,
de beso en beso.
Invéntate.
Cabalgando fantasías.

A contraluz,
se alza el marfil de las torres gemelas,
desgranadas en sismos
de fastuosa opulencia.
Corean la gloria.

Y del amor, las sobras
de una aventura sigilosa,
con quien tiende la cama,
que mece tus sueños.

Quizás, alguna vez,
en medio de la calle,
trastabilles un día
y tiembles…
Con alguna propuesta.

Quémate,
en el fuego
… De mis pieles
Y tiembla, conmigo.

Si de propuestas se trata
-Indecente-
La mía.

De mil Mujeres
-Tu Mujer- 



María Teresa Otero 

viernes, 19 de febrero de 2010

Sentidos, sintiendo.

Necesito,
tu mirada contándome
–Historias-
Tus pupilas silenciosas y cegadas
enumerando a tientas
los signos de mi piel.


Necesito tus pestañas,
danzando
-Incrédulas-
… De un encuentro furtivo.


[Obsérvame,
permíteme
robarte -Los sueños-]


Necesito,
tu olfato experto,
siguiendo las huellas que dejan tus dedos
-Ansiosos-


Rastrea el olor
de milímetros de vidas
envasados en un cuerpo
-Mi cuerpo-


Necesito,
tus oídos desbocados
ante mis suspiros,
reconociendo los silencios
de palabras pronunciadas…
-En susurros-


¡Ven! Escucha
-Mis ganas-
Empujar la caja de cristal,
quiere librarse
Y poseerte.


Necesito,
el baile de tu lengua,
tus papilas gustativas catando
-Mil besos-


Degustáme,
como manjar en tu mesa,
convirtiéndome en vino
que calme tu sed
… Y la mía.


Necesito,
el lenguaje de tu tacto
-Tus caricias-
Pieles reconociendo
-Texturas-

***

Abrázame hasta quebrarme,
bordéame,
confunde tus poros…
Con los míos.

[Necesito saberte real]

Sentidos sintiendo,
explotando,
arrebatando corduras.

***

Sentidos,
deshójandome.


María Teresa Otero 

jueves, 18 de febrero de 2010

*Tiemblas*

Amigo, llevas en tus manos el olor
-Atrincherado-
de una piel ajena
y de otras tantas
… y sueñas.

De a rato, cuentas los besos en deuda,
que nadie ofreció y quizás
sólo quizás
nunca tendrás…

Tintineo de aretes que caen,
se deslizan sus tacones
por el borde
-Del sofá-

Respiras el aliento de un talvez,
de un pequeño desliz
y devuelves tus pasos.
Te ata la cordura.

Lenguas retorcidas y manos que hurgan
… La soledad

Hombre de nadie,
temes romper los límites
y tanto esperas
… El después de…

¿Qué hay después… de?

Bautizas sus pecas
-De una en una-
en un ingenuo intento de hacerlas tuyas…
De a ratos.

Amigo,
Es tu suerte la mujer ajena
-La que construyes, la que deseas-
Te persigue como ángel endemoniado
… Lo disfrutas

Y rozan sus mejillas - Se respiran -
Se consumen, se aprenden las facciones
del imposible.

Es tu vicio, tu realidad,
mientras esperas la historia,
donde el tercero no exista,
donde sólo sean dos, amándose.

Amigo,
… De a ratos te avergüenzas
cuando te dejas caer.
Como el alcohólico que sorbe la angustia
de probar el trago
que nadie ofreció.

Y tu,
esperas que yo
deje de fumar
mientras me cuentas...
-Descarado-

Hombre de nadie, a veces temes,
y te confiesas con solo mirarme,
sin verme.

-Lo volviste hacer-

No pides ayuda, ni gritas clemencia
pero sufres, soledad.

Manos entrelazadas sobre su cabeza,
te ofrece su cuello y susurra...
¡Bésame! hoy no existen las reglas.
Y mientras
-Tiemblas-
De ganas, de sueños absurdos
y exquisiteces.

Muerdes de a poco,
el veneno de tu suerte,
es tu lengua el filo de la cordura,
si al menos supieras ¿cómo besa?

La observas complacerse, tocarse, sentirse, solo para ti.
Pero es ajena y me cuentas,
tu historia en tragedia
Que ahora… Me pertenece.

Y tiemblo.
Hombre de nadie,
¿Cómo puedes sentir el ardor
de un fuego que se enciende a miles de kilómetros
… de ti?

Se vive – Se sufre
El deseo.

Y aunque jamás han estado a solas,
te sabes su cuerpo de memoria
-Incluso yo-

Tiemblas, te ofrezco un trago.
Y tú,
esperas que yo,
deje de fumar.

-Descarado-


María Teresa Otero

Caritas Tostadas...

Inocencia de asfalto,
corazones partidos,
lenguaje que hiere,
gritos,
silencios,
nómadas urbanos.

Hijos de la nada,
dolor de mis entrañas,
sangre de mi pueblo
-Prostituida-

El infierno en la tierra,
pago efímero para sobrevivir.

Manitas pequeñas
Calles pateadas,
sudor y lágrimas,
ilusión endurecida,
escrúpulos caducos,
guardianes de semáforos.

Artistas.
Tristes maromas en vuelo,
fuego de circo.
-Fugaz-,

Vidrios impecables,
almas curtidas.
Pies descalzos.
Caritas tostadas.

Vaivenes del día,
calor y humedad,
ropa marchita,
sueños usados…

…Y la muerte,
pago efímero para sobrevivir.

Pupila perdida,
pega para olvidar,
piedra para recordar…
Lluvia que azota,
latigazos,
-Rutinas-

¡Víctimas!
-de unos-
¡Verdugos!
-de otros-

La noche es testigo,
certificarlo es lo de menos,
señor notario, señor gobierno.

Escaleras,
¡miles!
Nunca van al cielo,
perdidas en montañas
de tabiques y zinc.

Hombrecillos empacados,
latas de sardinas.
Hojalatas de techos,
cartones de lecho,
miseria y la muerte

… Pago efímero

Hombrecillos
Perdida en sus ojos
sueño con abrazarlos,
limpiar sus heridas,
verles devorar el pan
¡Clamo al señor!…

¿Con quién se pacta
la felicidad ajena?

Hombrecillos,
hijos míos,
niños de mi vida,
¡Perdónenme!
Mi fuerza, la fe y mi amor
-No basta-
... Para aplacar su dolor.

Hombrecillos
de manitas pequeñas,
caritas tostadas,
sueños ausentes
y esperanza desiertas.

Mi alma - Por sus risas.
__________Porque basta tener un hijo
para amar a un centenar.



María Teresa Otero
...

*Gimo y Parloteo*

¿Quién soy?
Cuando olvido amarte,
cuando corro y me escondo,
cuando me añejo en el sótano,
cuando enjaulada fuera de ti, gimo y parloteo.

Grito al idiota que cerró la puerta
y me grito a mí…
¿Quién soy?
Anillada, asfixiada, orillada en el medio del mar,
en ese hueco absurdo que olvidamos tapar.
-Mi inercia-

¿Quién soy?
Contengo la ira,
remueves y renuevas tus pataleos.
¡Pataleo!
¡Te Odio!
Por amarte te odio.

Cierro los ojos
-Prefiero no verte-
Callo tus labios
¿Para qué torturarme?

Gimo y parloteo. …

¿Por qué callas?
Me hundes en este silencio sin piedad.
Una camisa más
-sucia-
Y moriré.

Tan libre y con miedo,
tan presa y tan tonta,
estacionada en sus recaudos,
vago por sus muros.
Escalo.

Él, custodia mi alma,
yo custodio su puerta. …
Grito al idiota que la cerró,
y me grito a mí,…
y le grito a él
¡Que apague la tv!

Cuando olvido amarte,
hay fiestas de ulceras,
dientes apretados,
inhalo, exhalo, creo que moriré.
 -He muerto-

Gimo y parloteo.
¿Quién soy?
Cuando te odio
¿Quién soy?

Olvidas tender la cama,
tranquilo enciendes mis ganas
-de matarte- …
Me pides un beso.

Hoy desperté amandote,
felizmente casada,
con amnesia del ayer.
¿Me preguntas quien soy? …
...Sólo soy tu mujer,
____________ Más cable que cuerda,
definitivamente: más tuya.

María Teresa Otero

domingo, 7 de febrero de 2010

Hazme tu génesis

Quiero imaginar,
que soy yo,
la primera...

Que no existió, existe o existirá otra mujer
-desvelando tus sueños-
Añoro creer en la pureza de tus manos,
sin besar otras almas sólo la mía....

¡Incrédulo!
¡Congela el tiempo!
¡Que sí podemos!

¡Grítame que soy yo!
La única mujer.
¡La única!
Que ha estremecido tu piel.

Relamiendo tus ansias.
Utopía, ansiosa utopía.

Déjame soñar,
que no has amado otra risa,
que tu corazón desbocado
sobrevive en la brisa que toca mi ventana.

¡No!¡No has dibujado otros cuerpos!
No has saboreado montañas,
y sólo te atreves por mí.

¡Gritame! …
 Aniquílame el pasado.
Quiero creer que eres...

¡El único hombre!.
El único.
Mío.

Caballero raptame,
fugitivo de la soledad inclemente.
Labrando caminos.
Cazando ilusiones. …

¡Gritame!
Que has sido, eres y serás...
Mi siempre hombre incierto.

Escribe tus historias con las plumas de mis alas,
pinta mis pezones con el borde de tus cabellos.
Ejercita tus manos sujetandome.

¡Víveme! corazón noble, libre y en cautiverio.
¡Víveme!

Utopía, anhelada utopía.
Y aunque el camino te preparara para mi,
y mi pasado me forjara mujer.
¡Grítame! ¡Que sólo soy yo!
La que tanto te gusta.

¡Que el antes se esfume y el después se espere!
¡Que sea mi ombligo el vientre que de a luz el amor incontrolable!
¡El que nunca has poseído!

Sin puntos de comparación.
Sin entrenamientos.
Sin historias.
Hazme tu génesis.

María Teresa Otero