Quizás,
en medio de la calle,
trastabilles un día
y tiembles…
Con alguna propuesta.
Te propongo titubear de a poco,
y que ágilmente me arranques el botón,
de las ganas…
- Calla, quiero más -
Ronroneo de fiera
Que espera…
Y busca…
Temblar.
Sigilosamente deslizas la ropa
… Y las manos
Danzan los jadeos del tiempo,
son ninfas seduciendo al Dios
de tu cuerpo
Todas, soy yo y yo soy tantas…
Tantas tuyas,
-Vibrando-
Quizás,
En medio de la vía,
trastabilles un día,
ante el sedoso pecado.
Te propongo, titubear de a poco,
ante el disfraz de la reina,
ante el disfraz de la esclava,
ante el disfraz de la niña,
que ata y desata.
Tus instintos.
y bailo,
sobre el sillón del salón,
busca tus monedas
y págame ...
Sin prisa - con afán
... De comprarte la gloria.
¡Ven!
Átame con el cinturón de tu cuerpo
y aférrate al arco de mi espalda,
que surge y se engrandece ante el quiebre
de la falsa resistencia.
Juguemos al placer,
y peca.
Y entre pecados y pecas
Maceremos el tinto
-sedoso-
De boca en boca,
de beso en beso.
Invéntate.
Cabalgando fantasías.
A contraluz,
se alza el marfil de las torres gemelas,
desgranadas en sismos
de fastuosa opulencia.
Corean la gloria.
Y del amor, las sobras
de una aventura sigilosa,
con quien tiende la cama,
que mece tus sueños.
Quizás, alguna vez,
en medio de la calle,
trastabilles un día
y tiembles…
Con alguna propuesta.
Quémate,
en el fuego
… De mis pieles
Y tiembla, conmigo.
Si de propuestas se trata
-Indecente-
La mía.
De mil Mujeres
-Tu Mujer-
María Teresa Otero
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