Me miras.
Intentas reconocerme…
Y aunque tantas horas no
alcancen
-Para observarme-
Solo guardas silencio
y sonríes.
También sonrío,
también callo,
también pienso,
-En desgranar el silencio-
Y romperte.
Así, callado y de reojo,
Aproximas un chocolate a mi
boca
y yo quiero morderlo…
Y morderte.
Sueñas,
yo averiguo tus sueños,
sin controlar las pupilas dilatadas,
entendiendo que mañana…
Volveré a verte escondiéndote
en una frase.
Hola ¿qué tal?
Y luego de esquivarnos,
de encantarnos,
de desvestirnos y atraparnos,
de contarnos y deshojarnos.
Te vas,
me voy.
Y ya nadie piensa…
En aquel absurdo coqueteo
furtivo.
Tú no quieres irrumpir,
yo no quiero conquistar
los espacios
-De tu mente- Pero si me piensas,
cuéntame.
Y aquí,
en este blanco lugar,
coloreas mis labios con una
mueca
-De un quizás-
… Me gustaría probar.
Tú no quieres irrumpir,
yo no quiero conquistar
espacios
…
Por si acaso
…
- Traje medias negras-
…
Y el chocolate… Que sea
blanco y derretido.
Derretido, como tus palabras
cuando gagueas...
-Hola, ¿qué tal?-
No hay comentarios:
Publicar un comentario