(Nota de entrada: Una de mis lectoras sugirió el tema, me pareció tan sexy que a las 2.00Am comencé a producirlo, deja tu comentario, al final del día, escribo para ti.)

Reconoce,
cada centímetro de piel
que recubre su alma.
Arde, quema y se sobresalta
con cada mano,
con cada dedo,
con cada historia.
-En su mente- Y vuela.
No necesita compañía,
está acompañada,
por una mujer que la desviste
sedosamente y a conciencia.
-Se perfumó para ella-
Sabe el camino, sus recovecos
y laberintos,
que la encienden,
y excavan la gloria.
-Suave como la seda-
perdida como el delirio,
se traspasa y trasciende
en cada deseo,
-Perverso- quizás
-Dulce- como el manjar,
-Ácido- como su agite.
Exiliada,
quiere más.
Degustarse, adherirse,
a cada dedo en su boca,
recorren ágiles
cada poro,
cada lunar,
cada peca,
cada cicatriz,
transpira libertad.
Su piel es un lienzo,
que retuerce la esencia de su palpitar,
se busca, se encuentra, jadea...
Quiere más.
Su calor se desborda,
sus pechos se hinchan,
es una muñeca, su muñeca
sin defectos, sin acuerdos,
sin almohadas compartidas,
más allá que con sus dientes,
que se clavan y rechinan.
Ahogada redescubre ¡que sí puede!
-Amarse-
Es sexy, como una diosa
Es rubia, como una rusa
Es morena y templada
Pelirroja tatuada,
es mil mujeres...
Y se reencuentran
en un solo cuerpo, su cuerpo.
Batido,
almidonado,
atrincherado,
entornado.
Juguetona como gata,
fiera como diabla.
Es un ángel,
sin alas, con nubes, estrellas y planetas
que inspiran y suspiran
desorbitados...
El Orgasmo.
Busca placer, encuentra placer
desborda placer.
Tú la miras,
posiblemente en sueños,
ella jamás te dejará entrar
-A ese mundo-
que solo conoce
una verdadera mujer
que ama
... y se ama.
Sin tabú.
Cuando cierras la puerta.